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domingo, 13 de marzo de 2011

Su actuación en El Sardinero recordó a la afición madridista que El Pirata tiene fútbol, y mucho en sus botas. Además, le valió los piropos y el espaldarazo definitivo de su entrenador, que volvió a confiar en él como titular frente al Hércules ayer delante de su afición. Y no en un puesto cualquiera, sino al lado de Lass, con la misión de guiar el fútbol de todo el equipo en el centro del campo.

Mouriho no dejó en paz a Granero en los 67 minutos que estuvo sobre el campo. Siempre recibió las órdenes y las consignas para colocar a todo el equipo. Como si fuera Xabi Alonso. Y si destacable es que el entrenador le de ese papel protagonista al que viene siendo un secundario de lujo durante toda la temporada, no menos reseñable resulta el hecho de que sus compañeros reconociesen esos galones ocasionales, y acatasen sus gritos sin decir esta boca es mía.

Con un ojo en el partido y otro vigilando que ni Lass ni Sergio Ramos se descolocasen demasiado, El Pirata defedió, atacó, recuperó balones y llegó a crear peligro en el área de Calatayud. Varios jugadores se acercaron con intención de lanzar la primera falta del partido a favor del conjunto blanco, pero ahí estaba Granero. Y nadie le tosió.

Benzema marcó su primer gol y todos sus compañeros lo celebraron. ¿Todos? No. Mourinho había llamado a Granero al banquillo para explicarle cóo quería reorganiza el juego con el marcador a favor. Ayer fue su hombre de confianza.

Y eso que no ha sido el mejor partido del 11 blanco. Aprobó con nota en el trabajo gris y pecó quizá de cierta lentitud en el ataque, pero en el minuto 67, cuando Mourinho sacó al Xabi titular, Alonso, el público le dedicó una sonora ovación. Y el de Setúbal le dio la mano y las gracias.

Sin hacer demasiado ruido, rumiando partidos en la grada, El Pirata lleva 22 encuentros disputados esta temporada. Y dos goles. Pero lo mejor: cuenta con la confianza de Mou.

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