El partido de Santander ha dejado varios análisis positivos, pero sobre todo ha dejado claro que este equipo puede jugar mucho mejor de lo que ha mostrado hasta la visita a El Sardinero. Los de Mourinho habían siempre dado su cara A, la de presión constante, salida en velocidad, aprovechamiento de espacios y eficacia máxima. El estilo más inglés de nuestra Liga. Esa forma de jugar ha servido hasta ahora y los resultados no se cuestionaban, o no se harán al menos hasta final de temporada.

Bien, pero este Real Madrid también puede jugar a otra cosa, con un estilo diferente, de más posesión, combinaciones más largas y un gusto exquisito por llegar a la portería contraria con estilo, conservando por supuesto la enorme eficacia y calidad en la definición de todos los atacantes del equipo, ya sea Adebayor, Higuaín, Benezema o Cristiano Ronaldo.

Sin embargo, lo que ha sido determinante para hacer el mejor partido de lo que llevamos de Liga no ha sido el cambio de esquema ni la presencia de Karim y ‘Manolo’ juntos. Eso ha ayudado, sí, pero lo más determinante ha sido la llegada de Granero como compañero de Xabi Alonso en el centro del campo.

Y es que el canterano está contando poco para el míster, que siempre ha preferido un escudero más defensivo para jugar al lado del tolosarra. Sin embargo, ayer quedó claro que con Esteban Granero también tenemos solidez defensiva (el Racing tiró muy poco a puerta), en parte lograda porque la posesión del balón es mucho mayor.

Y sin la pelota, el rival no te ataca. Esteban logra mostrar gran criterio con la pelota, pierde pocos balones, trabaja mucho en la recuperación y además tiene buen golpeo de balón y gran llegada al área. Un futbolista muy completo que da otro aire al equipo. Un aire distinto del que habíamos visto, positivo, y que ha provocado que los madridistas disfrutáramos con algo nuevo. Pero que gusta

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