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jueves, 21 de abril de 2011



El Real Madrid fichó a Mourinho para ganar títulos. Pues muy bien. En diez meses de trabajo el técnico portugués ya le ha dado uno. La Copa del Rey, un título que se le resistía al equipo blanco desde hace 17 años y, además, lo hizo ganando al Barcelona. Más no se puede pedir. Con su estilo, con su forma de ver el fútbol y la vida, Mourinho ha vuelto a hacer campeón al Real Madrid. Todos aquellos que pensaron que así no se podía ganar a los de Guardiola deberán mirar para otro lado. Sus jugadores le mantearon nada más acabar la final. Ellos sí saben lo importante que es este título y lo mucho que le deben a Mourinho. La afición disfrutó de lo lindo y el Madrid vuelve a ser campeón. Ahora toca disfrutar. Mañana, a pensar en la Champions. Otra vez, toca el Barcelona.

Nada que ver con el primer Clásico. Esta vez no hubo precauciones por parte de nadie, la primera mitad se inició como si se llevasen 80’ de encuentro. El Real Madrid salió de inicio con Pepe en el mediocampo y con Özil de falso extremo y con libertad para moverse por toda la línea de ataque. Los de Mourinho tomaron la iniciativa ante un Barcelona dubitativo y sorprendido por la puesta en escena de los blancos. Apenas tenían la pelota en su poder y el Real Madrid buscaba en pocos pases la portería de Pinto. En el 11’, Cristiano tuvo el 0-1, pero su balón lo sacó Mascherano de la línea de gol. Los blancos no daban un balón por perdido, presionaban y robaban a un Barça que no movía el balón como acostumbra. Los casi 20.000 aficionados blancos animaban sin cesar a su equipo. Özil, en el 18, disparaba ajustado al palo de la meta del Barcelona. El Real Madrid era dominador absoluto del partido. La tensión se notaba en un Mestalla eléctrico. Los jugadores de ambos equipos iban al límite y el árbitro tenía mucho que pitar.

En el 27’ llegó la segunda ocasión clara para CR7 pero su remate en semifallo lo atajó Pinto. En el 32’ otra del portugués pero, de nuevo, Pinto le sacaba el balón. El Madrid hacía méritos de sobra para ir por delante. Los de Guardiola intentaban quitarse la presión de encima como podían. No estaban a gusto con el balón y sin él, todavía menos. Buscaban frenar el ritmo frenético del Madrid, pero no sabían cómo. En el 43’ iba a llegar la ocasión más clara de la primera mitad. Özil mete un balón al área pequeña y Pepe, de espectacular cabezazo, estampa su remate en el poste, con Pinto ya batido. Era el 0-1, pero el balón no quiso entrar. De manera incomprensible, el Real Madrid se marchaba al descanso con 0-0 en el marcador. Increíble.

La segunda mitad arrancó con un Barcelona mejor situado sobre el césped. Con más posesión de balón, pero el Real Madrid seguía a lo suyo. Corriendo detrás de cada pelota como si les fuera la vida en ello, tapando huecos y desmarques de los blaugrana. En el 51’ iba a llegar el primer disparo de los de Guardiola. Pedro lanzó por encima de la meta de Casillas, inédito toda la primera mitad. Los de Mouirnho tiraron la presión un pelín más hacia su campo y buscaban la portería de Pinto por medio de desplazamientos largos a la espalda de Piqué y Mascherano para aprovechar la velocidad de CR7, Özil y Di María.

El Barcelona apretaba y el Real Madrid comenzaba a acusar el esfuerzo físico. Era el minuto 73 iba a llegar la jugada polémica. Undiano Mallenco anulaba un gol a Pedro por fuera de juego. La televisión se encargó de demostrar que así era. Bien por el árbitro. Un minuto después Mourinho movía el banquillo. Un fundido Özil dejaba su lugar a Adebayor. Los azulgrana estaban volcados sobre la meta de Casillas, pero, una vez más, el capitán salvaba al Madrid con dos grandes acciones a disparos de Messi y de Pedro.

La final entraba en su último cuarto de hora con todo por decidir. En el 80’ Iniesta pudo batir a Iker pero una vez más el capitán le sacó el balón en una excepcional parada. El partido se moría e iba abocado a la prórroga. El Barça buscaba el gol y el Madrid resistía como podía buscando una contra para cerrar la final. En el 89' Di María pudo cerrar la final, pero su disparo se lo sacó Pinto con una extraordinaria intervención. Así se llegaba a la prórroga.

Esta comenzó con los mismos parámetros con los que acabaron los 90 minutos. El Barcelona monopolizando la pelota y el Real Madrid muy junto buscando un robo que sentenciase la final. Un vez más, Cristiano tuvo el gol pero su disparo se marchó cruzado en el 98’. Y en el 102' Cristiano ya no perdonó más. Marcelo roba un balón campo del Barcelona, lo cede a Di María, que pone un centro magistral y CR7, en un salto estratosférico al cielo de Valencia, conecta un remate de cabeza que se cuela como un obús en la meta del Barcelona. 0-1 y la Copa más cerca. Así se cerraba la primera parte de la prórroga.

La segunda mitad comenzó con un cambio en el Barcelona. Villa dejaba su puesto a Afellay. Al Madrid le bastaba con resistir 15 minutos más. Los de Guardiola, tocados, tenían el balón, pero no hacían ocasiones. Los minutos pasaban y la Copa estaba cada vez más cerca. Era un espectáculo ver a los jugadores del Real Madrid correr como si fuese el minuto uno tapando huecos, desesperando al Barcelona. Di María, exhausto, acabó expulsado, pero ya daba igual. Undiano pitó el final y la locura se apoderó de Mestalla. Los jugadores se abrazaron, corrieron, saltaron y enloquecieron. La Copa del Rey se viene a Madrid.

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